jueves, 27 de julio de 2023



ÓSCAR AGUIRRE MÉNDIZ: ENTRE DARDOS Y SONRISAS

 

Óscar Aguirre Méndiz, poeta de vena popular, es una voz relevante de la poesía chalaca, representante de esa tradición costumbrista y humorística en el Perú, que tiene larga historia, cuya madeja llega hasta la colonia con Caviedes; y al inicio de la República con Pardo y Aliaga, Segura, Atanasio Fuentes, Palma; luego Yerovi, el “Corregidor” Mejía, Serafina Quinteras. Dicha corriente costumbrista muestra un aspecto del espíritu peruano, especialmente del criollo costeño caracterizado por la gracia, el ingenio y la picardía.

A comienzos del nuevo siglo, el 2001, conocí a Aguirre Méndiz, en uno de los tantos recitales que se ofrecían en “Poesía en el Puerto”, dirigido con gran talante por Pedro Rivarola, otro adalid del romance y la décima. Llamó mi atención el rostro mesurado y hasta serio del poeta al recitar unos versos apicarados, muy oportunos de la actualidad política de entonces, con plena vigencia hasta hoy:

De tal manera “la plancha”

Que iba a ser juramentada

Ante el periodismo en “mancha”

Estaba así conformada:

En trabajo se nombraba

Fecunda Pérez-Sosa;

Portafolio de vivienda

Aquilino de las Casas.

Doctora Olvido Jurado

De justicia se hizo cargo.

Del área de agricultura

Luis Salvatierra del campo.

En defensa se cuadraba

Juan Guerrero Neciosup.

Don agripino Sanabria

Ministro de Salud.

Cartera de Economía

Robert Ladrón de Guevara.

Y se puso en Pesquería

Lisa Espinosa del Mar.

Se inscribió en Educación

Liborio Tapia Estupiñán.

Y se metió al Interior

Armando Rejas Carcelén.

                               ("Cambio de gabinete")


El vate nunca rehuyó el candelero político, y es que para un ironista nato como él la poesía no es simple divertimento, expresa una postura crítica y social. Roy L. Tanner, en su libro El humor de la ironía y la sátira de en las Tradiciones de Palma, señala esto que también lo podría definir:

Maestro de su perspectiva, distingue las imperfecciones de la humanidad y las aparentes paradojas de la existencia y responde artísticamente a las mismas, a veces sugiriendo soluciones (humorístico-morales), a veces, limitándose al puro deleite artístico.

Actualmente, tiene 88 años primaverales bien cumplidos, años que retozan con la frescura de su poesía. A fuerza de veraz cronista de la vida, el tema existencial no tiene punto de comparación cuando expresa muy risueño los achaques, la soledad y marginación del adulto mayor: “Para muchos menesteres/El que menos me margina/ Me tratan de viejo verde/ Que he doblado ya la esquina”.  Su humorismo, se convierte, en un arma defensiva, para resguardarse del dolor, de las angustias y los dardos que lanza el avieso destino. Apreciemos su risa y su protesta de hombre como “único animal que ríe” -según la conocida expresión de Henri Bergson- en este poema de felices cuartetas, en cuyo fondo se refleja una realidad dolorosa y cotidiana:

 

OPERATIVO

 

Fue el caso que de repente

La próstata se puso mal

Y operaron al paciente

De urgencia en el hospital.

 

Esto tomó de sorpresa

Al cuerpo del afectado

Y todas las menudencias

Hicieron su sancochado.

 

El páncreas, los intestinos,

Como buenos compañeros,

La vejiga y los pulmones,

En pleno se resistieron.

 

Y así, toda la vecindad

De la próstata familia

Se dieron a lamentar

Por esa triste partida.

 

Por ejemplo, los testículos,

Símbolo de valentía

Que al varón, con ese título

Refuerzan su anatomía,

 

Sintiéndose huerfanitos

Pidieron funciones nuevas,

Pensando en sus adentros

Que ya estaban por las huevas.

 

Dijo el riñón por su parte

“No sigan hablando piedras

Que me tapan los escapes

Porque ellas en mí se quedan”,

 

Se hacen cálculo renal

Y al estancarse la orina,

Es por regla general

No funciona la “pichina”.

 

El corazón sensitivo,

De apacible palpitar,

Sufrió un paro en sus latidos

Pa´ mostrar su malestar.

 

“Un ataque de suspiros

La sangre me la amontona,

No corre como es debido

Casi siento la pelona”.

 

“No pues, no hagan tanto chongo”

el estómago pitió

“Que remueven los mondongos

Del hombre que se operó”

 

Y ahí le sale otro problema,

Aparte del urinario,

Se le viene una diarrea

Que hasta puede desmayarlo.

 

“¡Ya carajo! Tengan calma”

Asado el hígado gritó

“Si ya no nos acompaña

Por un bien se le extirpó.

 

Es mejor que se haya ido

Para nuestro bienestar,

Ya bastante había cumplido

Cómo órgano vital”.

 

El pene medio asustado

No sabía qué iba a hacer,

Cabizbajo, descolgado,

No lo podía creer.

 

Ahí el cerebro intervino,

Al miembro dijo: “No arrugues,

Son cosas que da el destino,

No por eso te acobardes…

 

En estos casos, mi hermano

Se actúa con la cabeza,

Como yo estoy en el cráneo,

Por tanto yo soy el que piensa.

 

Seguirás con tu función

Porque todo está en la mente,

Estarás en atención

Cuando un “plan” se te presente.

 

Las ganas no te abandonan,

Es cuestión de tener fe,

Ya una vez lo dijo Casona:

“Los árboles mueren de pie”.

 

de: Antología. Poética y Narrativa, Callao, 2022

 

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